La historia de Edipo y Yocasta es una historia universal que nos seduce y conmueve porque nos identificamos con su fragilidad, con su atrevimiento, con su ignorancia. Nos hace reflexionar sobre las preguntas esenciales para las que aún no tenemos respuesta: ¿somos dueños de nuestro destino? ¿Quién o qué interviene en nuestras vidas? ¿Los acontecimientos que nos suceden son causados por nuestras acciones, por azar o por capricho divino? Edipo y Yocasta son un espejo en que nos mirarnos: seres indefensos, inconscientes de las consecuencias de sus actos, convencidos de poseer la mirada verdadera.
Partimos de una sociedad ancestral, rural, con una estructura social simple, él y ella gobiernan, un pueblo con voz propia, pastores, mensajeros, adivinos. La música nos traslada a ese mundo telúrico de las voces, la percusión, las melodías que surgen de la tierra, de las raíces. El escenario es un ágora con gradas presidida por la entrada principal, la que lleva al núcleo del poder, de la familia, al misterio.
Seis intérpretes en escena y un músico en directo son los encargados de dar vida nueva a esta imperecedera obra.