Pieza basada en la obra utópica de Chéjov por excelencia, Las tres hermanas, en la que la autora brasileña Christiane Jatahy juega a fusionar cine y teatro.
La programación de los Teatros del Canal este año nos está permitiendo vivir experiencias escénicas muy novedosas, tanto que darían para una tesis doctoral sobre las nuevas formas de recepción del teatro. Porque lo que podemos ver allí responde claramente a procesos de investigación de los creadores contemporáneos, más o menos preocupados por el resultado, que borran los límites entre las disciplinas, que hacen el escenario más elástico, en forma y fondo, que se permiten experimentar en libertad. Pero todas estas propuestas son una ocasión perfecta para que cada uno, cada espectador, haga su propia exploración, su propia investigación sobre lo que le pasa cuando mira, qué posicionamientos adquiere, qué emociones le devastan, para bien o para mal.
La inquieta creadora brasileña Christiane Jatahy nos trae un dispositivo que es cine y teatro a la vez. Un grupo de espectadores está viendo la representación de Las tres hermanas, de Chéjov, en una sala que funciona a la vez como set de rodaje, pues la representación está siendo grabada y se está proyectando simultáneamente en otra sala, donde otro grupo de espectadores ve la película. Los dos grupos de espectadores van a tener la experiencia doble igualmente. Pero además, el dispositivo se completa con una instalación de vídeo que proyecta un documental sobre la utopía compuesto a partir de entrevistas realizadas en Sao Paulo, Frankfurt y París a personas de culturas y clases sociales diversas. Porque la utopía es lo que subyace eminentemente en el conflicto de Las tres hermanas. Ese lugar que imaginamos, pero donde nunca estamos. ¿Y si fuese Moscú?