Hay tontos; los hubo y siempre los habrá. Nadie está libre de hacer el canelo en un momento dado.
Para quien se crea que la obra Dos hombres en pijama de cuadros pretende mofarse de alguien concreto -esté entre el público o no ese alguien, pues los hay de piel muy fina-, estos dos personajes son sencillamente simples y podréis mofaros sin que la conciencia os corroa.