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En un Parque de Atracciones decadente, una especie de Disney World tercermundista, El tren de las Sensaciones es una de las atracciones más importantes.
En cada estación los personajes de los dibujitos más famosos esperan para entretener al público. En los dos extremos de esta historia, y debajo de Minnie y La Pantera Rosa, están una chica transexual y un ex-presidiario que cruzan sus caminos en un encuentro cargado de tensión. En medio de un robo en el recinto ferial, las vidas de estos personajes se entrelazan y chocan. Estos individuos, en principio tan opuestos, convergen en la lucha por una vida digna. Reflexionan sobre los prejuicios, la transfobia, los sueños, los fracasos o el amor, en una sociedad en la cual ambos se sienten marginados. Todo esto sin dejar de entretener al público que concurre a la Estación Alegría de la cual son los anfitriones.
La obra, por momentos cruda hasta el humor, permite descubrir la sensibilidad que se esconde detrás de Minnie y La Pantera Rosa, de manera emocionante y hasta cómica, en un encuentro que será irreversible y en el que nada es lo que parece.
Dibujitos Desanimados llegó a manos de la Compañía al conocer que el autor de esta obra, Alejandro Ocón (Argentina), fue interpelado por la empresa Disney en su país por poner al personaje de Estela, una chica transexual que se gana la vida en un parque de diversiones, con el disfraz de Minnie. Esto hizo que leyéramos la obra para ver la ofensa de la que debía retractarse el autor y, claro está, no la había. El único ‘delito’ considerado por la empresa multinacional fue poner a esa chica en el disfraz de la famosa ratona.
Esta pequeña anécdota expresa cabalmente gran parte de la inquietud que se plantea en la obra.
El derecho al trabajo, el derecho a ser y la libertad personal, son algunos puntos que buscan respuestas en este espectáculo.
