A la ética le favorece la palabra y le entristece el hecho. Nos cuesta ser lo que exigimos que otros sean y de esos otros esperamos lo que no daremos de nosotros. Onetti escribió: «cuando me presentan a alguien me basta con saber que es un ser humano para estar seguro de que peor cosa no puede ser». Y es que quizá, ahora que la física cuántica avala el superposicionamiento, podamos afirmar que somos tan buenos como malos sin miedo a caer en una contradicción argumentativa. Juntacadáveres Teatro nos presenta su nuevo montaje, como siempre, para tratar de reflexionar y hablar de hoy y de nosotros.
Un extraño encadenado a un árbol. Héroe ecologista para unos. Hippie de mierda para otros. Y el extraño que dice no saber nada. Algunos quieren talar el árbol, otros no, y el extraño insiste en marcharse. Pero no puede, porque no hay nada como inventar una excusa para hacerlo reventar todo, sin importar donde alcance la metralla. El árbol es lo de menos. Yo y mis intereses. Eso es todo lo que hay.