¿Quieres convertir una noche romántica de hotel en un verdadero infierno? Aquí tienes la receta para este disparatado cóctel:
Como base, ponemos el apetito sexual, echa bastante, no nos vayamos a quedar cortos. Añadimos una pizca de mentiras. Y coronamos con una dominatrix muy diestra en el arte de la sodomía.
Aunque si solo de leerlo te entra un poco de vértigo, ¿quieres saber cómo evitarlo? Muy sencillo: leyendo la letra pequeña. Porque a veces el ‘todo incluido’ puede traernos un aluvión de mordazas, látigos y dildos…
¿Preparados para comenzar el juego?