A pesar de su inmortalidad Shakespeare es tremendamente infeliz. Hace muchos años que no se sabe de él. Las continuas conjeturas sobre su paradero y estado han ido destruyéndolo. Su inmortalidad lo ha ido sumiendo en una profunda depresión. Los esfuerzos realizados por tratar de mejorar una sociedad que ha visto cómo se autodestruía no han hecho ningún efecto positivo. La gran influencia que tuvo un día se fue perdiendo hasta caer en el olvido. Las continuas críticas y desprecios sufridos por su inmortalidad y la dificultad para poder relacionarse y poder sacar adelante sus obras provocan su huida y soledad.
En 2063, a un año de cumplirse 500 años del nacimiento de Shakespeare, el CDN decide rescatarlo y ofrecerle un proyecto con él que desean ayudarlo a salir del pozo tan profundo en el que se encuentra. No será fácil ya que se desconoce el paradero, aunque las continuas especulaciones y búsqueda por parte de la prensa rosa lo sitúan en un caserío de Euskal Herria. Dos miembros del equipo directivo del CDN van en busca de Shakespeare para convencerlo.
Al llegar a Euskadi los miembros del CDN contactan con compañeros y compañeras que les ayudan a encontrarlo. Lo que se encuentran al llegar al caserío los sume en una profunda tristeza. Shakespeare vive como un ermitaño, alejado emocionalmente de la civilización y como si estuviera ausente, está demacrado, muy flaco y lleva ropa que no se ha quitado en meses. El panorama es dantesco. Después de tres meses de encuentros interminables, conversaciones y sobre todo mucha paciencia escuchando a Shakespeare, consiguen convencerle para que recobre la ilusión. Shakespeare pide una sola condición para realizar el proyecto, tener el control absoluto sobre el mismo, y pide que se firme en un documento. Los miembros del CDN acceden sin dudarlo un instante.
Es 11 de Marzo de 2064 y Shakespeare se ha quedado dormido la noche anterior en la sala de ensayos preparando la primera lectura que tendrá junto con las actrices y actores que ha seleccionado. Los miedos, la presión y la tensión son máximos. Se siente tremendamente vulnerable e indefenso ante una situación qué hacía más de un siglo que no vivía. Hay un fantasma por encima de todos los demás que lo ha atormentado desde hace mucho y qué en esta ocasión se le aparecerá y le propondrá liberarse del sufrimiento y el dolor. ¿Cómo reaccionará Shakespeare teniéndose que enfrentar consigo mismo? ¿El teatro es pura vida?