«Estamos juntos encima de la tierra». Esa es la primera frase que se escucha dentro de la obra y ese es el origen del problema que atraviesa el espectáculo. De nuestra necesidad primitiva de instituirnos nace siempre una violencia, ya sea para aplacar a los que quieren destruir la institución existente, ya sea para destruir la institución que es considerada vieja e inútil. En Cicuta Contagiosa se explora esta violencia a través de los símbolos y circunstancias del siglo XXI, las democracias capitalistas, el sistema judicial, los policías antidisturbios militarizados, las fronteras o la legitimidad sobre la tierra, culminando con una autoinmolación y una liturgia, tan religiosa como científica, donde se restablece una justicia nueva en un espacio y tiempo presentes.
A través de los elementos de la tragedia, en Cicuta Contagiosa se construye un acontecimiento cultural donde la violencia poética y la justicia política empiezan a dialogar, a descomponerse y a recomponerse, como dice el antropólogo René Girard: «La tragedia es el equilibrio de una balanza que no es la de la justicia sino la de la violencia».