SUSCRÍBETE
GODOT-Para-ver-si-asi-me-quieres-02

Aprender a quererse

«Vemos la anorexia como un síntoma específico de una causa que es mucho más profunda»

 

En nuestro afán de seguir apoyando las nuevas dramaturgias que van apareciendo en la escena off, en esta ocasión, hacemos un puente aéreo teatral con Barcelona para acercarte Para ver si así me quieres, una pieza firmada y dirigida por la dramaturga Marta Albert e interpretada por Clàudia Melo y Daniel Rived que se estrenará en la Sala Mirador el 21 de enero manteniéndose en cartel hasta el día 30.

La pieza, que bebe de las vivencias personales de Clàudia -durante su adolescencia enfermó de anorexia- y de Marta Albert, reflexiona sobre cómo afrontar la vida con los demás durante y después de este trastorno alimenticio. Hablamos con ellas que nos avanzan el viaje que han tenido que realizar para librarse de un desenlace fatal.

 

Para ver si así me quieres, en La Sala Mirador

 

 

Por Ka Penichet

Foto de portada: @eyesssence

 

Para ver si así me quieres es la ópera prima de vuestra compañía, Círculo Barcelona, ¿cómo os sentís trayendo a Madrid esta propuesta?

Clàudia Melo: Pues muy nerviosas porque, además, yo estudié en la Escuela de Cristina Rota donde se encuentra la Sala Mirador que es donde vamos a representar. Muy contenta pero doble presión.

Marta Albert: Nos hace mucha ilusión ir a Madrid. Es la primera obra de la compañía, la primera obra que escribo… vamos vírgenes y, encima, vamos a una ciudad que no es la nuestra. Hay como una sensación de que ojalá se reciba bien e intentar poner el tema sobre las mesas de las cervezas de después de la función porque les remueva en algún nivel. Esta obra te puede tocar por todos los lados. Lo que nos gustaría mucho es que viniera el máximo de gente posible para que, luego, en esa cerveza en Lavapiés se genere un debate.

 

Bicheando la compañía he visto que es mucho más que eso…

Marta Albert: Círculo Barcelona empieza como una plataforma terapéutica. Yo me formo como terapeuta holística en diferentes disciplinas como el reiki, las flores de Bach, la psicología humanista… Luego, comenzó la vertiente artística como plataforma de apoyo a los artistas y como plataforma de encuentro que lo que quieren hacer, de alguna forma, es remover la conciencia. Dentro de la plataforma está la compañía en la que hemos sido también productora y editorial, en la que hemos publicado un libro de Paula Ribó (Rigoberta Bandini), que es amiga y compañera. De alguna forma, Círculo Barcelona es un lugar donde la terapia y el arte desdibujan la línea. El arte nos parece una herramienta terapéutica y la terapia es el florecimiento de una persona que después de sanarse es algo artístico.

 

¿Qué pasó para que, de repente, un día pensaras que ibas a dejar de comer para que así te quisieran?

Marta Albert: El texto lo he escrito yo, pero nace de una premisa que Claudia me comparte. Es una vivencia que nace con una experiencia de Claudia que sufre anorexia. Luego, vimos que la causa de la anorexia también era la causa de relaciones tóxicas que bebían más de mi experiencia junto con la suya.

Clàudia Melo: Es una creación conjunta que empezó en octubre del 2019. Yo tuve anorexia de adolescente, eso ya está superado y durante muchos años tenía como una imagen, que es la primera escena de la obra, muy metida en la cabeza que era llevar esto al teatro. Comenté esto con Marta, que es mi amiga, y las dos nos pusimos a crear. Contestarte a la pregunta me resulta muy complejo, creo que hay una cosa de querer ser perfecta, de necesitar tener el control de algo y pensar que así te querrán. Por eso, nos parecía muy interesante llevarlo a teatro porque no se habla de esto.

 

GODOT-Claudia-Melo-01
Clàudia Melo. ©Carolina Kowarik

 

¿Qué idea crees tiene la sociedad de la anorexia?

Clàudia Melo: En el caso de tener una idea de esto, se habla de niñas que quieren ser modelos y ya está. Una cosa como muy superficial, cuando es un temazo. De hecho, una de las cosas que teníamos claras es que si hacíamos esta obra íbamos a ir hasta el fondo.

 

¿Contactasteis con más personas que padecieran esta enfermedad durante el proceso de creación?

Marta Albert: No contactamos con personas que tuviesen la enfermedad per se, pero sí hablamos con la asociación ITA que es una gente que tiene centros por toda España para poder coordinarnos con ellos. Son personas con las que estamos generando sinergias para que puedan venir, comentar la obra juntas y darle voces a testimonios reales que están pasando en estos momentos por la enfermedad.

Clàudia Melo: Hemos trabajado la creación desde una experiencia personal y nunca hablamos con nadie del trastorno de otra persona, pero sí que tenía muy claro, para no perderme, no salirme de mis vivencias.

 

¿Qué cosas habéis llegado hace para tener la aprobación de vuestro entorno?

Marta Albert: Pues mira, en el Instagram de la obra, @paraversiasimequieres, hicimos una iniciativa muy guay en la que pedimos a gente de nuestro entorno que nos pasaran una foto de cuando ellos eran pequeños y les preguntábamos qué habían hecho para ver si así los querían y cómo serían si no hubiesen hecho todo para ver si así te quieren. Yo dije que no hubiera tardado 30 años en ponerme a crear, Clàudia dijo que ahora amaría más su cuerpo y ahora podría vestir como Bad Gyal. Hay muchos testimonios: gritar cuando quería llorar, taparme lo que yo quería hacer para complacer a los otros, aceptar abusos…

 

¿Recordáis qué ocurrió el día que dijisteis: ¡Prou! (¡Basta!)?

Marta Albert: Qué mona, en catalán. El ‘prou’, de hecho, es una de las preguntas abiertas que hay en la obra. El ‘prou’ para mí, fue una depresión muy profunda durante un año con medicación, que era algo que yo me había prometido que no haría, pero fue super necesario y lo agradezco también porque si yo me corto un dedo, voy a un hospital, no me voy a hacer reiki. Ahí, me di cuenta de que estaba haciendo todo menos yo y, desde esa deconstrucción máxima, que a veces tiene una enfermedad mental, no sabes quién eres ni qué estás haciendo. Para mí, ese desierto fue la posibilidad de preguntarme quién era yo y qué es lo que quería hacer con mi vida. Ese fue el ‘prou’, una experiencia cercana a la disolución total con unos ataques de ansiedad muy bestias. A raíz de eso, escribí un libro que se llama No puedes estar aquí y que el 27 de enero presentaré en Madrid en el Café El despertar. En el libro hablo de ese proceso. Me fui a viajar por Latinoamérica y por India y empecé como a descubrir todas las heridas profundas que aullaban por ahí.

 

GODOT-Para-ver-si-asi-me-quieres-05
Imagen de Para ver si así me quieres. ©@eyesssence

 

¿Existieron límites a la hora de crear la pieza?

Marta Albert: En realidad, no. Lo bueno es que, como Clàudia y yo somos amigas antes de sentarnos a crear juntas, el límite era el respeto y cuidarnos la una a la otra porque sí que empezamos en una residencia artística en la que convivimos durante un tiempo y fue como la parte más dura porque le tuve que pedir a Clàudia como actriz que reviviera una corporalidad de un momento que ella, por supervivencia, había como aparcado y el límite fue ella. Hasta donde yo veía que ella podía estar bien y creo que ese fue el límite: el cariño, el amor…

Clàudia Melo: Sí, yo creo que hemos ido como hasta el fondo de todo, pero cuidándonos. A ver, ha sido duro y también es duro hacer la obra y volver a seguir haciéndola porque es heavy, pero siempre desde el sano límite de que estoy actuando y desde lo bonito que es contar esta historia por si podemos ayudar a más mujeres.

 

Dentro de las enfermedades de salud mental existentes, ¿qué lugar ocupa para vosotras la anorexia?

Marta Albert: Clàudia tenía muy claro que no quería narrar una historia únicamente con la anorexia o solo la comida. Vemos la anorexia como un síntoma específico de una causa que es mucho más profunda. Por eso, cuando nos pusimos a crear, se fue desdibujando la comida. La anorexia, está como columna vertebral, pero habla de la lucha por la perfección, por un control, por llenar un vacío, que en algunas personas se manifiesta con adicción a las drogas, en otras con anorexia o combinados o relaciones tóxicas… De alguna forma, veíamos la anorexia como un síntoma más que como una causa. Nos quisimos centrar sobre todo en la causa. Últimamente ya no, pero es un trastorno que es mucho de mujeres. La exigencia por la perfección histérica es muy hacia las mujeres por un canon de belleza, pero no sólo, encima tienes que ser una mujer independiente, además, suficientemente sumisa y, para gustar, tienes que parecer segura de ti misma, pero no demasiado, porque entonces asusta… Llega un momento en el que te preguntas qué quieres que haga porque no puedo ser todas las cosas a la vez. Al final, una piensa que lo único que puedo controlar en mi vida es dejar de comer, así que lo voy a hacer.

 

¿Qué opinión tenéis sobre el movimiento #BodyPositive?

Marta Albert: Es otra dictadura; es como una trampa porque tienes que encajar en esos cánones porque si eres delgada, has nacido así, hay todo un castigo por ese cuerpo. Sigue siendo un canon al que tienes que ir, cualquiera que va cambiando durante los años, pero es un canon.

 

¿Qué papel juegan o ejercen las redes sociales ahora?

Marta Albert: Nosotras hemos comentado mucho que damos gracias todos los días de no haber sido adolescentes con redes sociales. Sin ellas, ya sentíamos dolor por esa comparación con el otro y ese querer gustar, pero al menos, teníamos un poquito de descanso cuando llegábamos a casa. Ahora, no termina nunca el descanso y tienes una ventana inmediata a un montón de cuerpos que ni siquiera sabes si son reales, con un montón de retoques. Nos gustaría mover esta pieza a un público de 15 o 16 años y generar un debate para que vean que no es ninguna tontería porque empiezas con unas conductas y puedes terminar muy mal. No es tontería y si lo pillas a tiempo es una cosa y si no puedes acabar muy mal. Discursos como el de “Si tú quieres, puedes” nos llevan a la neurosis de nunca voy a ser lo suficientemente buena.

Clàudia Melo: Para lo que tú eres nunca es válido, nunca es suficiente y ahí es donde entran las enfermedades mentales porque lo tuyo no es válido. Siempre puedes hacer más.

 

¿Qué os parece que haya países que comiencen a regular el uso de filtros fotográficos en caso de ser una persona mediática?

Clàudia Melo: Personalmente cada ‘X’ tiempo me voy quitando Instagram del móvil porque llega un punto que me afecta realmente: comparaciones con los demás, que las vidas no son reales…Hay como una especie de nube en la cabeza que a mí me afecta y, de vez en cuando, me quito Instagram para no compararme con los demás que creo que es lo que más me afecta.

Marta Albert: Yo soy un poco analógica y no había usado filtros nunca y el otro día tonteando con el teléfono los probé y me pareció muy fuerte porque hay filtros que son muy sutiles que dices: “¡Ostia!, yo podría ser así”. Creo que la gente que los usa a menudo acaba generando una especie de pequeñito odio contra su propia cara porque podría ser mi misma cara, un poquito mejor. Bebe de esta cosa que decimos que siempre podría ser un poquito mejor. Creo que el tema de los filtros es algo peligrosísimo porque, incluso yo, con un montón de terapia encima, claro que quiero este ojo un poco más de gato y el morro un poco más hinchado… y es mi cara y soy yo, pero un poquito mejor y ese ‘poquito mejor’ se termina convirtiendo en un poquito más lista, un poquito más flaca, un poquito más… que es lo que al final en la obra acaba petando. Si escucho este discurso por ser cada vez más perfecta, me va a llevar a la muerte, al maltrato absoluto hacia mí misma.

 

Y ahora que estamos tan metidas en lo digital, ¿quiénes son vuestros referentes en la era de las redes sociales?

Clàudia Melo: Mira, a mi María Arnal me gusta mucho. La admiro. Y en plan ‘influencer’, Chiara Ferragni me gusta y me hace gracia, pero sin más.

Marta Albert: Chiara también, que la seguimos las dos y nos encanta, porque creemos que al final lo muestra todo, que es espantoso, pero, por otro lado, también hay una parte como de realidad, aunque creo que es tramposo porque muestran una pequeñita falla para que tú creas que alguien tiene una vida así. La realidad de esta gente no la vemos. Incluso lo feíto no es lo feo de verdad. El mal día de esta chica no es mi mal día. Por ejemplo, ahora que está muy de moda estas chicas guapísimas llorando, que me parece bien, es un primer paso, yo cuando estoy llorando no estoy para hacerme una foto, cuando estoy deprimida en mi casa que no me puedo ni levantar del suelo, no estoy para hacerme una foto con una luz que me entra por la ventana. Me pregunto si esta gente llora así, como un hada del bosque, porque yo cuando lloro me cae el moco y estoy que no estoy para darme un segundo para coger el móvil. Creo que ahí es donde es peligroso.

 

GODOT-Marta-Albert-01
Marta Albert. ©Edu Pérez

 

¿Esta función ha sido terapéutica?

Clàudia Melo: Esto comienza en octubre de 2019. Yo vivía en Madrid y, de repente, tengo una crisis existencial y me vengo a vivir a Barcelona. Marta fue la primera persona del mundo cuando yo vine a Barcelona y a los meses, ya surgió lo de la obra y ponernos a trabajar juntas. Ha sido una catarsis a nivel de volver a revivir esto, de ensayarlo, de encontrarnos con nuestras ‘yos’ del pasado… Yo he flipado de lo seguras que hemos estado en todo momento. Ha sido como una revolución pensando que esto no lo hacíamos para ver si así nos quieren. Un antes y un después.

Marta Albert: Ha sido una transformación y un acto muy revolucionario al coger una experiencia propia y sacarla fuera. Yo he tenido que recrear cosas que también me han ocurrido a mí en escena y, gustará o no gustará, pero se ha pintado de la manera más realista posible.

Clàudia Melo: Es una pieza que te gusta mucho o no gusta nada, pero con lo que no tenemos ninguna duda, es que de verdad es. Es honesta algo te va a pasar. Igual lo que te pasa es que no te gusta nada.

 

Comenzamos un año nuevo, en vez de propósitos os voy a pedir una reivindicación…

Marta Albert: Estaría muy guay reivindicar la precariedad porque esto nace de una idea nuestra con muchísimo amor. Llevamos dos años pico y pala trabajando en curros de mierda para poder pagar la escenografía, hablando con mi colega Herrero del pueblo para ahorrarnos cien euros, aprendiendo de leds, cómo puede ser que sea tan difícil… Tenemos que ser autónomas para poder estar aseguradas, que tiene un coste de 280 euros y vamos a taquilla a Madrid un equipo de 4 personas, los números no salen. Nos llenamos la boca con “cultura, cultura, cultura…”, damos millones de euros del ICAA a una película de directores ya consagrados con un nombre en la industria, pero luego las compañías que están intentando contar algo honesto, o son ricas o no sé cómo lo hacen. Hay que apostar por lo pequeñito. Hay dinero. Se puede pagar cuarenta mil euros a un actor para que salga en una serie y hay subvenciones públicas para estas películas. Todo el proceso de creación de esta obra no ha sido cobrando y yo he estado sentada todos los días de mi vida con el culo sentado en la silla escribiendo. Y esta chica ha estado entrenando.

Clàudia Melo: Sí y sobre todo también, gente de la profesión en general, quiero decirles: «Vayan al teatro, señoros». Es como que esto va aparte. Por qué la gente que contrata, la que mira, la que busca, directores de audición y productores… no va al teatro. Yo entiendo que no toda la calidad es buenísima y es verdad, pero hay cosas increíbles. No hay ese rigor como en Inglaterra. Allí hay como un respeto al teatro, a la profesión, a lo artesano.

 

Toda la cartelera de obras de teatro de Madrid aquí

Comparte este post