La Sala Tarambana abre el Centro Inclusivo de Artes Múltiples (CIAM), un proyecto ambicioso que pretende incluir Teatro, Danza, Pintura, Música, Canto…. desde una perspectiva inclusiva, y que se estrenará con la apertura de la Escuela de Teatro Brut, atendiendo su nombre a la metodología que se utilizará para desarrollar el curso escolar 2018-2019. El Teatro Brut, acuñado por el Académico de las Artes Escénicas Manu Medina, trabaja desde el propio individuo, desde la experimentación, un trabajo de sensaciones e impulsos que luego se concretan o encuadran, pero que parte de lo más genuino de cada ser para convertirse en su propio lenguaje. Un curso donde habrá distintas opciones de formación: Interpretación para Adultos e Infantil y para Monitores de Arte Inclusivo. Paralelamente se ofrecerá la posibilidad de acudir a Escuela de Padres y Madres, a todos los familiares del alumnado que consideren importante acercarse y mejorar su entorno cada día, especialmente para los más pequeños y para familiares de personas con alguna discapacidad. Manu Medina, que se encargará de la dirección del centro, nos habla sobre este novedoso proyecto auspiciado por la Sala Tarambana
Podemos decir que el Teatro Brut tendrá sede en Madrid al comienzo del nuevo curso.
Sí, el 2 de octubre arranca el primer curso del Centro Inclusivo de Artes Múltiples (CIAM), que es una Escuela de Teatro que se abre en la propia sala Tarambana bajo la metodología del Teatro Brut. Y eso quiere decir, efectivamente, que la sala Tarambana abre la primera escuela de teatro inclusivo, de artes inclusivas, de la Comunidad de Madrid.
¿Cómo se ha establecido el Teatro Brut en la enseñanza artística?
Yo llevo trabajando en esto muchos años, en la actualidad soy académico de las artes escénicas y en España hay 4 centros de Teatro Brut y 2 en América Latina, en Buenos Aires. En España, uno está en Andalucía, en Úbeda, en la Escuela Municipal Ricardo Iniesta, otro en Segovia, otro está alojado en la Universidad Popular de Castilla La Mancha y esta que abrimos en Madrid es la cuarta. Las otras dos, una está en Buenos Aires, en la Universidad de San Martín, y la otra está la Universidad General Sarmiento, en la ciudad de La Plata, al sur de Buenos Aires. Y en noviembre me voy a Paraguay a abrir una séptima escuela en la ciudad de Luque, donde vamos a tratar de trabajar con la comunidad indígena paraguaya. Todas estas escuelas asumen la metodología Brut como proceso de trabajo.
¿Y en qué consiste y de dónde viene exactamente la metodología Brut?
Se trata de trabajar con personas con necesidades especiales o en riesgo de exclusión social de una forma distinta. Creemos que no se puede trabajar desde el razonamiento, desde lo intelectual, sino que hay que trabajar desde la emoción y desde la acción. El Teatro Brut lo que promueve es que saques de ti tu mejor tú. Para justificar esta metodología, yo me voy a la neurociencia, me voy a las neuronas espejo, porque si yo siento tú sientes; me voy a la plasticidad cerebral, porque la capacidad cerebral está en constante cambio, en constante movimiento, en todos los seres humanos; me voy a las inteligencias múltiples de Howard Gardner, porque hay muchas maneras de pensar y están sostenidas por la ciencia. Me voy a la neurociencia, en definitiva, para justificar que las personas con necesidades especiales, con discapacidad intelectual, son más propicias al arte, a la creación, que las personas que no tenemos discapacidad intelectual. Una de las mejores capacidades que tenemos es la intelectual, sin duda, pero también es uno de los grandes frenos para el arte.
¿Toda esta metodología la desarrollas tú para el arte?
Sí, y está recogida en un libro, Teatro y ¿discapacidad? Teatro Brut, teatro genuino, publicado por Ñaque Editora. Este libro es el primero que se ha escrito a nivel metodológico para trabajar con personas con discapacidad intelectual a través del arte.
¿Y por qué pones discapacidad entre interrogaciones en el título?
No quiero entrar en discusiones etimológicas sobre la palabra, para eso están los lingüistas, pero creo que estas personas no son discapacitadas, son seres humanos que, como cualquier otro, tienen sus cosas buenas y sus cosas malas.
Una de las particularidades, de hecho, de esta nueva escuela es que podrán compartir enseñanza personas con y sin discapacidad
Efectivamente, incluso vamos a intentar abrir algún recurso económico -y aquí hago un llamamiento a cualquier entidad financiera que quiera contribuir- porque nos gustaría integrar a personas que no tengan capacidad económica para pagar las clases. Igualmente, nos gustaría contar con ex-convictos, mujeres víctimas de violencia machista, todo ser humano que quiera comprometerse con el arte. Y personas ‘normalizadas’.
¿Cómo se va a estructurar la enseñanza?
Hay una modalidad para actores. Habrá otro recorrido para monitores, gente que quiera formarse para trabajar en arte inclusivo. Tendremos también escuela de padres, porque creemos que la gente que tiene a cargo personas con discapacidad o algún tipo de problema social pueden necesitarlo. Y finalmente habrá escuela de niños.
Entrevista realizada por Álvaro Vicente.
Aparte de Manu Medina, quien se hará cargo de la Dirección de la escuela, entre el profesorado encontramos también nombres como los de Javier Crespo (voz e interpretación), Cristo Barbuzano (expresión corporal e interpretación), Mª Pilar Rodríguez García (escuela de padres) o Tito Rubio Iglesias (monitor de teatro y desarrollo de habilidades sociales).
Es una gran noticia que abran escuelas como estas, que quieren ejercer la verdadera integración. Pero lo que de verdad esperamos es que pronto tengan que quitar la etiqueta de ‘inclusiva’, porque el mundo de las artes escénicas se haya normalizado y no distinga entre discapacidades. Solo busque personas.
Toda la información en la web de Tarambana.