SUSCRÍBETE

Lucas Ares y su dura y lúdica visión del mundo

“El arte tiene que ver con la vida, pero no es la vida… es mucho más”

Hablamos con Lucas Ares, el actor protagonista de El llanto de María Parda, una obra que regresa de nuevo a la cartelera y que podrá verse del 9 al 11 de junio en la Sala Mirador. Es un texto de Gil Vicente, el primer gran dramaturgo portugués, que Álvaro Nogales ha versionado.

En este mismo mes de junio nuestro interlocutor también estará en la sala Amadís del Injuve con un proyecto de su compañía (Desgarradura) llamado El Poder: Live-theater der spanischen Prostituierten. Hablamos con él para que nos cuente un poco más sobre estas dos propuestas.

 

Fotos: Erica M. Santos

¿Quién era María Parda?

María Parda es una mujer portuguesa del S. XVI que vaga por las calles de Lisboa buscando algo de alcohol para beber y lamentándose porque no lo encuentra.

 

¿Y qué intentaba ahogar con su llanto?

Ella en el texto dice que intenta llenar su sed, pero lo que no quiere es estar sola, como todos.

 

El llanto de María Parda comienza con una gran sequía como la que estamos viviendo ahora… ¿Por experiencias así, que ya hemos vivido como humanidad, es por lo que hay que acudir a los clásicos como Gil Vicente?

Realmente pongas la circunstancia que pongas desde la antigüedad a nuestros días lo único que nos sigue importando es lo mismo de siempre. El amor, el poder y la muerte. Intentar sentirnos plenos en eso es absolutamente transversal en nuestra historia, son los motores del mundo.

 

Gil Vicente es el primer gran dramaturgo portugués. ¿Qué te ha provocado a ti leer sus textos?

No conocía nada de la obra de Gil Vicente hasta que llegó Maria Parda y me sorprendió mucho que a pesar de su época y su estructura hacía un retrato muy profundo, muy humano y con una visión psicológica bastante minuciosa sobre alguien que podría parecer sólo un personaje-tipo.

 

A pesar de pillarnos cerca es alguien muy desconocido en nuestro país, como ocurre con casi todo lo que tiene que ver con Portugal (menos con los tópicos). ¿Por qué crees que no queremos mirar lo que hacen y lo que sucede en nuestro país vecino?

A mí eso siempre me ha sorprendido muchísimo, yo soy gallego y tenemos muchísima relación con Portugal pero más que nada es una relación territorial, no hay ningún trasvase cultural realmente profundo.

 

Lucas Ares y su dura y lúdica visión del mundo en Madrid

Tampoco volvemos la mirada a personajes como María Parda. ¿Lo hacemos por desidia, por egoísmo o porque no queremos ver la realidad que sufren quienes viven en los márgenes?

Yo creo que nos damos cuenta perfectamente, precisamente, por ser sensibles al dolor, a veces intentamos no ver lo que pasa  para sufrir menos.Puede ser egoísta, pero también es supervivencia. Lo hacemos con nosotros mismos los primeros.

 

La protagonista muere de sed, pero por no poder beber alcohol… ¿Es el alcohol un elemento fundamental para contar esta historia?

Es un elemento potentísimo. Porque aúna una correlación histórica con la época del autor y a través de una enfermedad concreta te cuenta la psicología de un ser humano en concreto. Es a la vez simbólico, histórico y personalísimo al mismo tiempo.

 

¿Cómo ha trabajado el texto Álvaro Nogales? ¿Habéis subvertido mucho el texto original?

Ha añadido otros textos de Gil Vicente y suyos propios a este montaje, dándole una capa más contemporánea al discurso pero el texto original se respeta en su totalidad.

 

¿Y desde dónde has trabajado tú para meterte en la piel de María Parda?

He trabajado desde los estados mentales que presenta el texto. No creo que haga un trabajo de creación de personaje en el sentido de que quiero hacer creer al público que soy una mujer portuguesa del siglo XVI. Como te decía lo que le importa a María realmente es el amor y desde ahí es donde yo puedo resonar con ella.

 

Es un texto duro, pero en esa revisión que habéis hecho habéis metido muchos elementos que dotan a la obra de un ambiente más lúdico. ¿Desde dónde habéis abordado el libertinaje del espectáculo?

En muchas partes de la obra ella busca, de todas las maneras posibles, que le den de beber. No es sólo un lamento, tiene que ser muy persuasiva, ingeniosa o seductora para conseguir lo que quiere, sea como sea. Es ahí donde entra el juego.

 

Es una obra que ya lleva un tiempo estrenada. ¿Ha cambiado algo el montaje en este tiempo? ¿Ha cambiado algo en ti que haya modificado la forma de representarlo?

El montaje llegó a mi vida en un momento personal muy raro. De cambio. Resonaba mucho con el lamento y con la pena de María. Creo que ahora, al volverla a ensayar, entiendo mucho más esas ganas de conseguir lo que quiere, entiendo más su supervivencia que su derrota.

 

Háblame de Desgarradura, tu compañía. ¿Qué tipo de teatro os interesa? ¿Cómo es vuestra manera de entender el Arte?

Desgarradura somos Víctor Longás y yo. La compañía nació en 2020 justo cuando acabamos la escuela. Tenemos un imaginario común bastante amplio pero lo suficientemente concreto como para que pueda haber un entendimiento artístico. El tipo de teatro que hacemos no sabría encuadrarlo en ningún estilo concreto. Bebemos de todo lo que nos gusta ya sean referencias teatrales como literarias, cinematográficas, plásticas o musicales. Las referencias teatrales más claras podría decirte que son Castorf, Angélica o Matarile. Pero por ejemplo, nuestro nombre, es una obra de Ciorán. Nuestra unión artística tiene más que ver con cómo entendemos la vida más que el hecho artístico en sí.

El arte tiene que ver con la vida pero no es la vida. Es mucho más. Es la expresión del espíritu. Nunca haría, diría o pensaría nada de lo que hago en un escenario fuera de él. No tiene que ver con realizarse, tiene que ver con enfrentarse.

 

¿Cómo surge la sinergia entre Víctor y tú? ¿Cómo es esa conexión que tenéis ambos?

Víctor y yo somos compañeros de piso desde que estábamos en tercero de la RESAD, hace ya varios años. Y hemos visto que tenemos un sentido de la estética, de la plástica, de la interpretación, del teatro y en general de la vida bastante similar. Es una visión bastante dura sobre el mundo pero también muy lúdica.

 

¿Cómo es esa visión del mundo dura y lúdica a la vez?

Lo duro viene del lugar desde donde hablamos y creamos el discurso, no sólo de forma textual incluso también de forma espacial. Parecen lugares un poco postapocalípticos, donde no queda mucha esperanza y hablamos desde una posición bastante fatalista, pero es lúdico porque siempre hay mucha autocrítica y autoparodia, mucha ironía y sobre todo vamos muy bien vestidas (risas).

 

En junio estrenáis El Poder: Live-Theater der spanischen Prostituierten. Este proyecto comisariado por vosotros parte de dos trabajos anteriores vuestros como compañía, pero eran dos trabajos escénicos y ahora una instalación artística. ¿Cómo habéis articulado esta propuesta? ¿Qué relación habéis establecido entre el Teatro y el Arte?

Planteamos en un nuevo espacio no escénico, un decorado construido para la ocasión, una revisión de nuestros dos últimos espectáculos: Díptico de Verónica, estrenado en el Teatro de La Abadía en febrero 2022, y Criadas, estrenada en el Festival Sala Joven II del Teatro Quique San Francisco en junio del mismo año.

La sala Amadís del Injuve se transforma por completo para este proyecto en una casa hiperrealista que ocupa prácticamente la totalidad del espacio. La instalación es un complejo dispositivo que sitúa al público en el exterior y lo convierte en voyeur de lo que sucede al otro lado de las paredes. El espectador puede ver, a través de las ventanas de la casa y de cuatro pantallas que emiten en directo lo que graban dos cámaras, lo que sucede en el interior. El espacio, un conjunto de habitaciones, un laberinto, un escondite, una casa del terror… es un archivo vivo de los dos montajes anteriores y funciona como catalizador para construir una nueva pieza a partir de las imágenes, textos, escenas y movimientos de esos dos espectáculos que se mezclan, sucediendo simultáneamente, en este nuevo espacio. El espectáculo está planteado como un show de variedades en el que se suceden números delirantes, violentos y terroríficos, mezclados piezas musicales, monólogos, bailes y ‘sitcom’.

Al ser testigo de forma física y filmada de lo que sucede, la instalación en sí es el escenario y la propia obra a la vez.

 

El título de la obra es bastante llamativo. ¿A qué hace alusión?

Hay bastante germanofilia en esta compañía, teatralmente y cinematográficamente. La idea del poder tiene muchísimo imaginario. También tiene mucho de resignificar. Quizás la idea de poder para mí está representada por algún personaje en una película de Fassbinder. Y de la idea de reconvertir dolor y sufrimiento en un arma. No hay literalidad en el título.

 

¿Qué van a ver los espectadores que miren a través de las ventanas de esa casa hiperrealista que habéis construido?

Van a ver todo lo que somos. Todas nuestras referencias, problemáticas, deseos, inquietudes, biografías, reflexiones,… todo lo que nos conforma como artistas y personas está ahí. El Poder va a ser nuestra obra más luminosa, no hay espacio para lamentos.

 

Lucas Ares y su dura y lúdica visión del mundo en Madrid
Imagen de El Poder: Live-Theater der spanischen Prostituierten

 

Este proyecto se ha podido desarrollar gracias a las ayudas del Injuve. ¿Cómo habéis accedido a estas ayudas y en qué han consistido?

Fue Víctor quién pensó y presentó el proyecto. Al ser él también artista plástico le pareció interesante como algo tan escénico podía caber en un espacio y contexto como el de una sala de exposiciones.

 

Háblame un poco del programa de Acciones Paralelas que tendrán lugar mientras se muestra El Poder…

El comisariado de la sala nos permite abrir el espacio a otras personas y organizar un programa que complete o contraponga nuestra propia obra con otras visiones. Contamos con varias fieras en sus campos para poder expandir esta idea de El Poder y que vienen de diferentes disciplinas artísticas, lo que le da otra capa más al programa. Estarán Marie Delgado, de La Tarara Company, que es directora, intérprete y creadora, y propone una nueva pieza escénica; Irene Mahugo, artista plástica e investigadora, que presenta una conferencia sobre las piezas a partir de su investigación actual en artes escénicas; Diana Millán, artista visual, que propone una intervención postmedia a través de diferentes encuentros con otros artistas; y Ede, música y compositora, realizará una sesión de DJ bajo la idea de El Poder.

 

Como un joven creador, ¿cómo ves la escena teatral madrileña?

Veo gente a mi alrededor con muchísimo talento pero no sé si están en la escena teatral madrileña, no sé exactamente qué o quién compone eso.

 

Ya hemos comentado que María Parda era alguien que vivía en los márgenes. ¿Dedicarte a las Artes Escénicas te hace caminar también por algunos de esos márgenes a veces difusos?

Estoy acostumbrado a eso, dedicarme a esto en realidad ha sido la decisión más fácil que he tomado.

 

Y para terminar como empezamos. ¿Quién es Lucas Ares?

Pues ni idea la verdad, no lo conozco.

 

 

Toda la cartelera de obras de teatro de Madrid aquí

Comparte este post