«Habla de un hombre que busca su lugar en el mundo, lo que pasa que ese lugar lo encuentra alejándose del mundo»
La versión teatral de Los asquerosos, de Santiago Lorenzo, hace que David Serrano regrese al Teatro Español – Del 17 de diciembre al 24 de enero – en un año en el que ha visto cómo se posponían grandes producciones en las que se encontraba inmerso: Una nueva versión de Grease y la puesta en marcha de la escuela para formar a las protagonistas del musical Matilda. Charlamos con él sobre el reto que supone esta propuesta, el placer de trabajar con amigos como Miguel Rellán y Secun de la Rosa y la situación actual del teatro.
“Ahora se van a poner de moda las obras de dos personajes, la crisis va a arrasar con los presupuestos”
Por José Antonio Alba
David, sé que no es muy original, pero me es imposible arrancar la entrevista de otra manera que no sea preguntándote cómo te está tratando a ti esta situación. Allá por marzo estabas metido de lleno en una nueva producción de Grease y Matilda comenzaba a asomar también por ahí.
Afortunadamente estoy combinando el teatro con el audiovisual y ahí la situación, aunque no es ideal, es bastante mejor que la del teatro. Más o menos estoy tranquilo. Ahora, la situación es como para echarse a llorar para las productoras o la gente que se dedica únicamente al teatro, la situación es tremenda y no somos todavía conscientes de lo mal que se va a pasar el año que viene, las productoras llevan sin ingresar dinero muchos meses.
A nivel particular, tuvimos que posponer el estreno de Grease, que habríamos estrenado en octubre o finales de septiembre; una pena porque cuando paramos llevábamos un año preparando a casi cuarenta chicos y chicas entre los 14 y los 21 años. imagínate estos pobres cuando les dijimos que teníamos que parar y que, finalmente, se posponía un año. A esa edad y con esa ilusión es un palo decirles que el trabajo de un año se paraba. Lo segundo peor fue que habíamos hecho un casting para abrir la escuela de Matilda, que la hubiésemos abierto en abril o mayo, para estar como año y medio antes del estreno – octubre del 2021 – Hicimos un casting de alrededor de 400 niños y niñas, fue un casting muy cansado de hacer, y se decidió que se retrasaba un año, pasando a estrenarse en el 22. Habíamos preseleccionado a 70 niñas para abrir la escuela, pero en un musical en el que los niños tienen que ser tan pequeños, muchos se lo van a perder.
Teníamos otro proyecto para otro musical en el 21 que también se ha caído y que desgraciadamente habrá que esperar otro momento para que se haga en España porque era una cosa muy ambiciosa donde SOM iba a asumir un riesgo grande a la hora de producirlo y eso por ahora se queda en el tintero.
Todo ha sido una gran putada, la verdad. Pero bueno, ahí vamos… es una faena porque es trabajo que se queda sin hacer y que llevábamos tiempo preparando.
Por lo que dices, no ves que a corto plazo vayamos a poder recuperar la situación que estaba viviendo el teatro antes de la pandemia, ¿no?
No sé si te acuerdas hace unos años, en plena crisis, se decía que los monólogos estaban de moda y yo me empeñaba en decir “No, no, no están de moda, es que solo se pueden hacer monólogos”. Pues ahora se van a poner de moda las obras de dos personajes porque la crisis va a arrasar con los presupuestos. Ahora que por fin comenzábamos a asomar un poquito la cabeza, que las producciones podían tener una escenografía más grande, a que pudieras viajar con cuatro técnicos en vez de con tres, pues de repente va a haber un paso atrás, seguro. Va a ser duro, mucho peor que la crisis del 2008/2009.
¿Por eso te has metido en Los Asquerosos? Es cierto que no es una producción pequeña, pero sí de dos personajes. ¿Cómo llegas al proyecto?
Los asquerosos se plantea durante el confinamiento, un poquito después. Me llamó Nadia Corral. Octubre Producciones tenía los derechos de la función y me la ofrecieron, como se me habían caído los musicales y me daba la oportunidad de volver al Teatro Español, me pareció una gran oportunidad y, sobre todo, porque me permitía reencontrarme con dos de mis actores favoritos, y dos de mis seres humanos favoritos, Secun de la Rosa y Miguel Rellán. Era una muy buena oportunidad para terminar el año con un poco de alegría.
Los asquerosos habla sobre la soledad, el encuentro con uno mismo, lo parasitarios que podemos llegar a ser, la fealdad del mundo moderno, pero para ti ¿de qué habla? ¿qué es lo que quieres contar con la función?
A partir de Los asquerosos he estudiado toda la obra de Santiago Lorenzo y, al final, llegas a la conclusión de que todas sus novelas hablan de un personaje que no ha encontrado su lugar en el mundo. Santiago siempre tiene abierta una abierta a la esperanza y Los asquerosos habla de un hombre que sí encuentra ese lugar en el mundo que no tiene al principio de la historia, lo que pasa que ese lugar lo encuentra alejándose del mundo. Sí que habla de la estupidez de la sociedad occidental en la actualidad, del egoísmo, del materialismo obsesivo, de la sociedad hiperinfantilizada; hace un análisis muy cruel, pero muy divertido de esa sociedad a la que él denomina “la Mochufa”, pero al final de lo que habla es de un hombre que busca su lugar en el mundo, donde ser feliz, y lo encuentra. Luego hay una cosa muy curiosa porque Santi Lorenzo en esta novela habla un poco de su propia vida porque él era un señor que vivía en Malasaña, que decidió irse a Cañicosa, un pueblo de 50 habitantes en la provincia de Segovia. Es curioso que, hablando de un personaje que huye del éxito, ha encontrado su mayor éxito.
Los asquerosos tienen algo de Mihura o de Jardiel, pero a la vez es mordaz y con un sentido del humor muy afilado, ¿por dónde lo has querido llevar?
A raíz de esto me puse a leer a Jardiel, sí que hay similitudes, sobre todo en el lenguaje, sus juegos, pero Santiago es más profundo. Jardiel me encanta, pero se queda más en la superficie, Santi tiene un tono más amargo. Entroncaría más con Azcona.
¿Cómo se lleva una historia como esta al teatro? ¿Qué destacarías de la versión teatral?
Lo que han hecho Jordi Galcerán y Jaume Buixó es muy inteligente porque la novela en realidad es un monólogo del tío y aquí se ha establecido un diálogo entre los dos personajes, entre el tío y Manuel. Creo que su principal virtud es conseguir no perder el lenguaje de la novela, ese lenguaje tan peculiar y tan maravilloso y conseguir que una obra en la que son dos personas hablando todo el rato, tenga escenas muy diferenciadas donde te permite a ti, como director, jugar y poder hacer una puesta en escena rica y diversa.
¿Qué nos puedes contar sobre esa puesta en escena?
Cuando dirijo una obra lo que siempre hago es ponerme al servicio de la función y no al revés, yo vengo a hacer una función como Los hijos que era a tiempo real, aquí en cambio permitía mucho juego. Hablando con Alessio Meloni sobre la escenografía, le dije: “Vamos a entrar en el mundo de Santiago Lorenzo ¿Qué quiere contar con sus novelas? ¿cómo es?”. Descubrimos que a Santi le encantan los juegos, las maquetas, y a partir de esa idea dije: “¿Por qué no hacemos una escenografía que parezca un juguete?” como si fuera una maqueta que está montando el propio Santi Lorenzo y, con esa idea, hemos ido haciendo toda la puesta en escena, un juego que vaya sorprendiendo al espectador. Esto enriquece mucho una historia que al final es de dos señores hablando.
Secun de la Rosa como Manuel y Miguel Rellán como el tío. Háblame de ellos, cómo está siendo trabajar estos personajes y esta historia con ellos.
Yo siempre trabajo de la misma manera, me adapto al tipo de actor. Sobre todo, intento crear un ambiente de trabajo agradable, donde el actor esté tranquilo, a gusto, feliz y que desde ahí pueda formar parte del proceso creativo, proponer cosas, que no sea un director imponiendo a los actores las cosas que tienen que hacer, que surja de un trabajo en equipo. A esto hay que añadirle que yo ya he trabajado con ellos, a Secun le conozco desde hace más de 20 años y a Miguel más de 15, y además tengo mucha confianza con los dos. Tengo la sensación de que estamos empujando hacia el mismo lado. Es un trabajo muy agradable en el que ellos participan mucho, además estoy trabajando con dos directores, Miguel se acaba de estrenar y Secun ha dirigido más obras que yo. Está bien escucharlos porque no solo tienen una visión como actores sino también como directores. Después también ha sido muy gustoso poder estar seis semanas viéndonos todos los días, es lo que más me ha gustado de todo el proceso, estar con amigos.
En los últimos tiempos estoy más desencantado con el mundo profesional, cada vez estoy más quemado, sobre todo con el audiovisual, porque veo que el egoísmo y la mezquindad de nuestra profesión es casi infinito y, de repente, trabajar con dos personas tan buenas y tan generosas es reencontrarte con una parte mucho más pura, positiva y bonita de la profesión.
Es oxigenarte un poco de todo lo que se respira alrededor.
Sí, totalmente, es quitarte mierdas de encima y decir “Mira, es que aquí somos felices ensayando” nos lo pasamos bien trabajando juntos, sin egos, simplemente intentando contar la historia de la mejor manera posible.
A ver, el mundo es un lugar hostil y eso también lo dice Santi Lorenzo en Los asquerosos. Sería bastante inocente por nuestra parte creer que los que nos dedicamos a la cultura vamos a ser mejores personas y mejores seres humanos que los que se dedican a vender casas o a fabricar cosas, sería bastante absurdo, más si tenemos en cuenta que nuestra profesión está muy ligada al halago, al aplauso, que eso bueno para las cabezas no es. Lo que nos aleja de la gente es que algunos artistas se crean más importantes o más sensibles o más listos por dedicarse al cine, al teatro o a hacer series. Es lamentable.
Manuel tiene un lenguaje muy particular, entre la floritura, la pedantería y lo poético, casi zarzuelero, ¿cómo habéis trabajado esto para que Secun interiorice esta forma tan particular de expresarse?
Ha sido dificilísimo. Pero no solo él, Miguel también tiene muchas expresiones muy complicadas. Esto ha sido más difícil que aprenderse una obra en verso porque, además, en el verso una palabra te lleva a la otra, pero aquí como son palabras prácticamente inutilizadas o, directamente, inventadas, son expresiones muy complicadas para memorizar. Ha sido lo más complicado. Ha costado mucho, pero decidimos respetarlo al 100% porque ahí está gran parte del éxito de la novela, de su esencia.
Yo le dije a Nadia el primer día que necesitábamos dos actores muy buenos, pero no solo eso, sino que fueran dos actores que supieran decir muy bien el texto. Si hubiéramos cogido a dos actores con poca experiencia y que no tengan técnica teatral, estaríamos muertos porque es un texto endiablado.
Uno empatiza con Manuel y se pone en contra de los Mochufa, pero a la vez se da cuenta que de alguna manera forma parte de ellos.
Aquí nos referimos a un tipo muy concreto de español, supongo que también de ser humano, a un tipo de comportamiento muy concreto. De los Mochufas que Santiago está hablando en esta novela es esa clase media-alta que ha ganado suficiente dinero como para comprarse un 4×4 gigante, pero que son incapaces de escuchar una música que no sea la que ponen en la radio más facilona, que están satisfechos de ellos mismos, que no se plantean que puedan aprender algo, que puedan cambiar; esa loa de alabanza hacia la incultura, que no importa nada estudiar, que no importa nada ser culto, porque al final lo que de verdad importa es ganar mucho dinero y tener un coche grande. Habla de un grupo de población muy reconocible. Espero que la gente, aunque se pueda reír porque, como dices, todos somos un poco Mochufas, espero que termine odiándolos, que es lo que queremos, igual que Santi Lorenzo.
Si algún Mochufa va a ver la función, ¿crees que se dará por aludido?
No. Tampoco creo que vayan mucho al teatro, y si van dirían algo como “Yo voy a ver comedida que para drama ya tengo suficiente con la vida diaria” o eso de “para drama ya veo el telediario” esos serían comentarios bastante mochufas.
¿Y tras Los asquerosos que tienes en tu horizonte profesional?
En teatro, en principio, estreno en mayo El hombre almohada de Martin McDonagh en los Teatros del Canal con Belén Cuesta, Ricardo Gómez, Ana Wagener y un actor todavía por confirmar.