El CDN trae a Madrid una nueva aproximación a uno de los textos más conocidos de Juan Mayorga, bajo la dirección de Andrés Lima y con la producción de la Sala Beckett de Barcelona. Repasamos algunos de los momentos más importantes que han marcado la trayectoria de la obra desde que el autor la concibió. 

 

Por David Hinarejos

 

Se cumplen 14 años desde que Juan Mayorga escribió el texto

 

“En la obra se juega con la pasión de mirar la vida de los otros y se invita a los espectadores a mirar la vida de una familia a través del ojo de una cerradura. (…) está llena de misterios, de contradicciones, de conflictos, de grandes pasiones… ”, afirmaba Juan Mayorga sobre su texto antes de su estreno en Madrid hace ya 14 años. La obra desde entonces no ha dejado de representarse por todo el mundo  (más de 25 producciones en diferentes idiomas) y es, sin duda, una de las más aclamadas en la trayectoria del dramaturgo.

Mayorga creaba con El chico de la última fila un relato de ‘voyeurismo’ poético que abordaba a través de la relación y las conversaciones de un maestro desencantado y un alumno talentoso temas como la pérdida de la ilusión, la escuela, la familia, el límite entre realidad y ficción o los problemas de comunicación de los jóvenes, siempre con la literatura como telón de fondo.

Mucha reflexión, drama, misterio y humor conjugados en una historia que nace de una anécdota de los tiempos del autor como profesor de matemáticas en un instituto (aparte de Licenciado en Matemáticas, es Doctor en Filosofía). A partir de la misma, como hemos visto en otras de sus obras, desarrolla una crítica sobre la realidad a través de la confrontación de ideas y personajes poderosos siempre interpelando al espectador y haciéndole partícipe del relato.

Este mes llega al CDN una nueva lectura del texto de la mano de Andrés Lima y es inevitable tener ciertas expectativas teniendo en cuenta los montajes que resultaron de anteriores colaboraciones con el autor madrileño: Alejandro y Ana, Últimas palabras de Copito de Nieve, Hamelín y Penumbra. Para Lima “la obra trata sobre un chico que descubre que la literatura es una forma de expresarse. Sin embargo, esto tiene sus riesgos y repercusiones en la vida real. Este chico que observa todo desde la última fila, a través de la literatura va transformando la realidad hasta el punto de poner en peligro los principios morales de quien lo lee”.      

 

Año 2006

Juan Mayorga escribe la obra como encargo de Helena Pimenta, que buscaba un nuevo proyecto para su compañía Ur Teatro. Ramón Barea cogió entonces el rol del profesor Germán y Carlos Jiménez-Alfaro fue Claudio, el alumno. Con este texto el autor repetía el éxito de Hamelin y se alzaba con su segundo Premio Max a la Autoría Teatral.

El chico de la última fila

 

Año 2011

Nueva producción que llegó a la sala Cuarta Pared de la mano de la joven compañía La fila de al lado con la dirección de Víctor Velasco. Obtuvo diversos premios como el José Luis Alonso de la ADE para directores jóvenes o el del Público en el XXI Festival de Teatro Hispánico Don Quijote de París. Público, crítica y el mismo Mayorga alabaron su imaginativa y original puesta en escena.

El chico de la última fila

 

Año 2012

François Ozon llevó la historia, con bastantes licencias, al cine en Dans la maison, con la que ganó la Concha de Oro a la Mejor Película y al Mejor Guión en el Festival de Cine de San Sebastián. Ozon, aparte de la dirección también se había encargado del guión en solitario, sin embargo, tuvo la deferencia de invitar a Mayorga a subir a recoger el premio juntos.

 

Año 2019

La sala Sala Beckett de Barcelona produce y estrena el montaje de Andrés Lima. En el CDN lo veremos con muchos cambios en el elenco: sólo se mantienen Guillem Barbosa y Arnau Comas, a los que se les suma Pilar Castro, Natalie Pinot, Alberto San Juan y Willy Toledo.

 

El chico de la última fila. Teatro María Guerrero. Del 14 oct. al 8 nov.