Daniel Oren, en la dirección musical, y David Alden, en la dirección escénica, nos transportarán a la fría y húmeda Escocia en esta ópera de Gaetano Donizetti

 

 

Por Miguel P. Valiente/@MiguelPValiente 

 

 

Hasta que las complicaciones de la sífilis le hicieron perder la razón, la producción musical de Gaetano Donizetti creció a un ritmo trepidante. De hecho, cuando murió, a la temprana edad de 50 años, el bergamasco dejó un canon de unas 70 óperas de las cuales Lucia de Lammermoor, estrenada en 1835, es, sin duda, la más querida por el público. Lucia, a diferencia de muchos otros de sus títulos, nunca cayó del repertorio y una de las razones que hizo tan resistente a esta partitura fue la monumental «scena della pazzia» [escena de la locura] de la protagonista. Este tipo de escenas se hicieron muy populares durante el periodo bel cantista ya que permitían que la cantante, liberada de la compostura a la que obliga la razón, ofrecer extraordinarias exhibiciones de pirotecnia vocal –muchas veces en competición con los propios instrumentos de la orquesta–, una extravagancia que fascinaba al público de la época. A decir verdad, estos excesos siguen gustando y prueba de ello es precisamente que la primera sección de esta aria, Il dulce suono, es la pieza que interpreta la azulada Diva Plavalaguna en la mítica escena de la futurística película El quinto elemento dirigida en 1997 por Luc Besson.

 

Basada en la novela The Bride of Lammermoor (1819) de Sir Walter Scott, el texto cuenta con todos los elementos que definen la novela ‘gótica’: castillos, fantasmas, sepulcros y escenas nocturnas en las que acontecen tramas truculentas. Con estos elementos Salvatore Cammarano brindó a Donizetti un gran libreto sobre el que construir un éxito operístico.

 

Esta producción de la English National Opera traerá nuevamente al Real al director de escena estadounidense David Alden, que ha dirigido recientemente Alcina y Otello en el coliseo madrileño. Dos repartos se alternarán en las 15 funciones de la ópera, con dirección musical a cargo del israelí Daniel Oren.

 

Un aliciente verdaderamente remarcable será la oportunidad de escuchar al tenor mexicano Javier Camarena en su debut como Edgardo.

 

Después de las fascinantes producciones de Gloriana y Die Soldaten el público de gusto más tradicional del Real podrá congraciarse con esta temporada que finaliza, al menos en lo que a ópera representada se refiere, con un título fundamental de repertorio decimonónico.