Hace unas semanas tuvo lugar Future Laboratory, encuentro internacional del que probablemente no se hable demasiado y cuya existencia puede que muchos ni siquiera conocieseis, pero que marca las bases del arte del futuro y trata de conseguir un impacto positivo en los sectores más vulnerables de la sociedad. Para cubrirlo, lleno mi maleta con los jerséis, gorros y bufandas más gordos que encuentro y me dirijo al aeropuerto con el billete que me permitirá embarcarme en esta aventura que se desarrollará en el ‘Epcot’ europeo: Luxemburgo.

Aterrizo en el país de los negocios, los salarios de ensueño y la neblina constante, un lugar en el que la vida se congela a media tarde porque el frío invade cada parte de tu ser, independientemente de las capas que lleves puestas. Tras dejar mi equipaje en el hotel, sigo las indicaciones para llegar a mi destino: Les Théâtres de la Ville, donde dará comienzo la presentación oficial del acto de clausura de la primera edición de Future Laboratory, en el que España está presente gracias al Centro de Cultura Contemporánea Condeduque y al artista Nico Jongen. Sacamos la libreta, abrimos bien los ojos y nos preparamos para dejarnos impresionar. Let´s kick off Future Lab!

 

Future Laboratory, un escaparate de las preocupaciones de los artistas del mañana

Se trata de un proyecto piloto de residencias de investigación sobre el tema de la inclusión social en Europa, financiado por la Unión Europea. Durante 30 meses (2021-2024), 15 artistas ‘emergentes’ de diferentes procedencias realizaron investigaciones sobre la temática elegida por ellos mismos en tres periodos de residencia desarrollados en tres ciudades diferentes. A lo largo de cada etapa, los artistas recibieron mentorías, clases magistrales y un concepto de producción para una red internacional al final del laboratorio, así como los medios necesarios para conectar con recursos locales (como fundaciones o miembros de la comunidad), ayudándoles así a estudiar la realidad sociopolítica de cada teatro asociado y su ciudad.

Future Laboratory: La escena del futuro en Madrid

 

Sobre la migración y las minorías étnicas

Entre las preocupaciones de los artistas ‘emergentes’ (pongo este término entre comillas dado que, tras hablar con ellos, entendí que no se identifican con este adjetivo, pues muchos llevan a sus espaldas una extensa trayectoria de estudios y proyectos artísticos), las migraciones y sus consecuencias fue uno de los temas más repetidos con propuestas como la de Ewa Mikula. La dramaturga y directora polaca realizó una investigación sobre cómo las minorías étnicas y los grupos locales configuran su identidad a través del arte y el lenguaje, poniendo el foco en un grupo de músicos de etnia gitana y en los hablantes de la lengua alsaciana, colectivos que luchan contra los prejuicios mientras mantienen vivo el legado cultural, tan difícil de seguir transmitiendo oralmente.

Tan difícil es a veces permanecer en tu tierra como irte, como pudimos ver en el ‘diario audiovisual’ de Ruxandra Simion (Rumanía). En este segundo trabajo, se analiza la situación de precariedad y abusos a la que se enfrentan las mujeres migrantes al salir de su país de origen a través de la experiencia en primera persona de una trabajadora del sector hotelero y agrario, marcada por el incumplimiento de contratos, la normalización de la explotación, el cansancio extremo y el miedo constante ante los superiores (acostumbrados a relaciones laborales poco éticas) y la desprotección legal.

¿Y qué pasa cuando la decisión de quedarte o irte no depende de ti? Lucile Saada Choquet (Bruselas) reflexiona sobre la narrativa romantizada de las adopciones internacionales en ¿Quién adopta a quién? Una (re)búsqueda de amor y justicia desde la experiencia de una persona adoptada (y fragmentada) transracial y transnacional que pone el foco en niños y niñas desplazados a la fuerza, dejando el consentimiento en un segundo lugar mediante prácticas como el ‘kidnapping’ con unas adopciones que no solo ponen un precio económico al menor, sino que conllevan un coste posterior en su salud mental y en su identidad.

Future Laboratory: La escena del futuro en Madrid

Siguiendo con las identidades y sentimientos de pertenencia territoriales, cerramos el bloque con la propuesta escénica de la directora italiana Giulia Sangiorgio: una crítica sobre cómo el turismo perjudica a las personas que mantienen vivo el territorio el resto del año, cuando los demás lo olvidan.

 

Sobre el colectivo queer

Otra de las realidades que despiertan mayor preocupación entre los creadores actuales es el de la inclusión real del colectivo LGTBIQ+ (aunque nuestros políticos se esfuercen en quitar el Q+, dando más sentido a la necesidad de su reconocimiento).

Future Laboratory: La escena del futuro en Madrid

La directora, dramaturga, investigadora y curadora artística, artista performativa queer y activista política Vera Boitcova propuso una charla a tres con dos artistas drag de diferentes nacionalidades para hablar de la búsqueda de hogar y pertenencia en la dramaturgia de la performance a través de la experiencia de inmigrantes y refugiados queer. Una investigación sobre lo que significa ‘hogar’ (compartir comunidad) que comenzó cuando ella misma sentía que carecía de uno y que desemboca en el proyecto de obra Queer enough.

Un sentimiento de colectividad que vemos también presente en la propuesta comunitaria The Cursed Assembly, de Odete, que utiliza performance, texto, artes visuales y música para crear bajo una firma colectiva o pseudónimo grupal (The Cursed Assembly), además de transmitir el uso de la afeminación como desafío al rigor moral y la comprensión del arte como un espacio en el que reimaginar el orden social. Y es que, ¿qué es el teatro sino una experimentación de otras vidas?

 

Sobre la accesibilidad

Sin embargo, no todas las realidades aparecen representadas en escena, tal y como expone el creador español Nico Jongen, que asegura que “en países como Bélgica o Francia la accesibilidad cultural está más institucionalizada”. Pero no solo echamos en falta esta accesibilidad en el teatro, sino también en la vida. ¿Es inclusiva nuestra forma de relacionarnos? ¿Qué pasa con las personas con discapacidades como la auditiva? A través de su proyecto, cuyo resultado podremos ver en la pieza Trabajos forzados (compañía Ça marche) a partir del próximo 7 de mayo en el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque, Nico ahonda en la diferencia entre silencio impuesto y silencio elegido. “Una propuesta escénica que cuestiona nuestras formas habituales de comunicación, exigiendo una atención distinta: una escucha visual e invitando al espectador a conectar con el lenguaje del cuerpo, los signos y las vibraciones”, me explica Nico.

¿Cómo incorporamos en nuestro día a día a las personas que no oyen? ¿Pueden participar en las relaciones y la cultura de nuestro país? ¿Cómo llevan la imposición social de un lenguaje oral que les excluye? ¿Sería posible una comunicación corporal que predominase frente a la verbal? Una investigación llevada a cabo junto a intérpretes sordos no profesionales de diferentes edades, lo que fomenta una conexión real con la comunidad, que explora la relación entre el lenguaje, el silencio y el cuerpo, particularmente dentro de las comunidades sordas en Reims, Lieja y Oporto (lugares donde realizó sus residencias a lo largo de estos tres años) y que trata de transmitir que el cuerpo no es solo un vehículo de expresión, sino un lenguaje en sí mismo. “Esta experiencia me ha permitido observar cómo la fisicalidad crea puentes de comunicación incluso en ausencia de un idioma común”, añade. Una propuesta cuyo objetivo es establecer espacios accesibles duraderos en las instituciones culturales, que permitan una inclusión real continuada de este sector de la población.

 

Future Laboratory: La escena del futuro en Madrid

 

Y, sin perder de vista la inclusión: ¿Cómo nos relacionamos con las personas que luchan con su salud mental? ¿Somos capaces de convertirnos en sus aliados en esta batalla contra la propia mente? ¿Somos capaces de respetar cuando somos nosotros los que necesitamos ayuda?

 

 

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Sobre la salud mental

Carlota Matos, creadora portuguesa, especializada en cuestiones de identidad, migración y salud mental, presentó un proyecto dedicado a los diagnósticos psicológicos en una investigación que aúna antidepresivos con apicultura -¿sabíais que las abejas producen una sustancia presente en este tipo de medicación?-. Una propuesta multidisciplinar donde la performance experimental sirve para entender cómo se perciben la salud mental y la discapacidad en diferentes lugares, investigando las barreras de entrada culturales y la democratización del arte, así como construir sistemas de cuidado para audiencias y comunidades artísticas, luchando con las dinámicas de poder aplicadas por las instituciones sobre los artistas.

Hablando con ella tomo plena conciencia de la importancia de estos trabajos y la necesidad de otorgar un espacio (espacio ganado, ni más ni menos) a las nuevas generaciones de creadores. Su proyecto es su vida. Al escucharla, siento que lo que realmente le importa es hacer del mundo un lugar mejor. “Cuando acabemos nuestros proyectos, ¿qué va a pasar? Necesitamos una continuidad y una ayuda real para todos estos colectivos de los que hablamos. No podemos abandonarlos ahora y seguir con nuestra vida”, expresa preocupada.

 

Future Laboratory: La escena del futuro en Madrid

 

Siento sus palabras como un abrazo, lo mismo que me pasa al pasearme por la instalación de la directora, escritora e investigadora alemana Anne Sophie Kapsner. Sin Título es una mano tendida al otro y también a uno mismo. Que lanza una reflexión: ¿Cómo estar ahí para los demás si no sabemos escuchar lo que necesitamos nosotros primero?

Future Laboratory: La escena del futuro en Madrid

La pieza de Anne, resultante de una de las tres residencias que se desarrollaron en Condeduque, es una oda a la empatía y al respeto. Tras haber presentado una primera propuesta sobre la realidad queer, la vida de Anne dio un vuelco al perder repentinamente a un ser querido, optando por darse un tiempo y seguir lo que su cuerpo le estaba pidiendo, cambió la temática profundizando en el duelo. Una sala ocupada por ella junto a Kathrin Liess que, siguiendo un repaso cronológico por los eventos que resetearon su investigación (y su vida), invita a disminuir las revoluciones, reflexionar y, simplemente, ser y estar de manera consciente. “En las grandes ciudades todavía se pasa más por encima de los sentimientos. Hay mucho individualismo y te ves forzado a gestionar tu pena y tus emociones solo porque nadie tiene tiempo”, reflexiona su creadora, ofreciendo una propuesta dominada por el blanco, inspirada en los actos fúnebres rumanos de despedida del cuerpo, para la que la bailarina Laura Ramirez Ashbaugh (Madrid) y la ‘bocitoare’ tradicional rumana Anica interpretaron, respectivamente, una carta de despedida bailada y el canto ‘Una mujer que llora en el funeral de alguien’, dedicada al hermano de Anne.

“No quería que la experiencia fuese depresiva, sino reconfortante. A través de las cortinas de la instalación puedes permanecerte oculto, si es lo que deseas, estando a la vez acompañado”, añade. Una caricia de estímulos visuales y sonoros en la que se nos otorga la autonomía para deambular por el espacio a nuestro ritmo a la vez que otros lo hacen al suyo, recordándonos que, incluso cuando lo parece, no estamos solos.

 

Sobre el medioambiente

No podemos cerrar esta crónica sin mencionar la presencia de nuestro planeta en las mentes y corazones de estos creadores que se sumergen en cuestiones en las que otros optan por apartar la mirada.

La innovadora urbana, arquitecta de paz y artista interdisciplinaria Teja Rot exploró las zonas verdes urbanas y el potencial del diseño regenerativo en Madrid, Milán y Lieja. Además, Teja presentó una experiencia basada en una aplicación Greenscapes: ‘Connecting with urban nature’ que los participantes pudimos experimentar en un parque de Luxemburgo y una instalación sobre el bienestar en la ciudad.

 

Future Laboratory: La escena del futuro en Madrid

 

Ella es la única artista seleccionada dentro de Future Laboratory con una formación en diseño urbano y prácticas regenerativas. “La colaboración intersectorial y pensar/actuar fuera del edificio ofrece oportunidades para verdaderos avances innovadores. Además, Future Laboratory me ha brindado muchas oportunidades para involucrarme con prácticas teatrales de una manera diferente.”, afirma. En cuanto a su proceso en Madrid, asegura que le permitió conocer poderosas iniciativas locales de base y movimientos organizados por ciudadanos, como los jardines comunitarios y oasis verdes de las áreas más descuidadas de nuestra ciudad. “Madrid, con todas sus iniciativas de acción climática y actividades culturales para fomentar el cambio de abajo hacia arriba, es verdaderamente inspiradora”.

Future Laboratory: La escena del futuro en Madrid

También dedicó su residencia al ecosistema la investigadora y curadora artística Sára Märc que, con su estudio More-than-Carbon Imaginaries, propone cómo la atención y la sensibilidad hacia los actores no humanos del planeta (animales, plantas, minerales…) pueden ayudarnos a navegar por las crisis ecológicas en curso. El resultado de su residencia, The Future Coal Archive, es una instalación multiformato de estas perspectivas sobre la historia de la minería del carbón que funciona como una red de mapa mental espacial cargada de documentación sobre el tema de estudio.

 

¿Y ahora qué?

Estos fueron solo algunos de los proyectos presentados por unos artistas que, a pesar de ser muy diferentes entre sí, comparten objetivo: utilizar el arte como algo reivindicativo, como una puerta de entrada a universos a veces desconocidos y prejuzgados y como un altavoz para reclamar espacios igualitarios y seguros. Ellos son el reflejo de la constancia y el riesgo y la prueba de que, en comunidad, se pueden conseguir grandes cosas.

Utilizo, a modo de cierre, unas palabras de Nico Jongen: “El trabajo creativo no termina con la representación, sino que se expande hacia gestos y acciones que construyan comunidad y refuercen el acceso universal a la cultura”. Ojalá la principal petición de todos ellos se materialice y podamos observar la continuidad y sumarnos a este camino hacia una mejora social. Grabémonos sus palabras, porque ellos son los artistas del futuro.

 

Future Laboratory: La escena del futuro en Madrid

 

Artistas participantes:

Vera Boitcova, Lucile Saada Choquet, Nico Jongen, Anne Sophie Kapsner, Sára Märc, Carlota Matos, Ewa Mikula, Odete, Maurin Ollès, Elena Rabkina, Simon Restino, Teja Rot, Giulia Sangiorgio, Ruxandra Simion y Céline Camara.

Centros participantes:

Théâtre de Liège (Bélgica), Piccolo Teatro di Milano – Teatro d’Europa (Italia), Teatrul Tineretului, Piatra Neamt (Rumanía), Teatro Municipal do Porto (Portugal), Nowy Teatr, Varsovia (Polonia), Théâtre National de Strasbourg (Francia), Cyclorama (Francia), Staatstheater Mainz (Alemania), Comédie de Reims (Francia), Queens Theatre Hornchurch (Reino Unido), Centro de Cultura Contemporánea Condeduque (España) y coordinado por Théâtres de la Ville de Luxembourg (Luxemburgo).

Con el apoyo de Programa CREA CULT 2021 COOP de la Agencia de Educación y Cultura de la Comisión Europea y Goethe-Institut Madrid.

 

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