Berlín, 1945. El fin de la II Guerra Mundial es inminente y Adolf Hitler ve inevitable asumir la derrota. Junto a su mujer, Eva Braun, se encierran en el despacho del búnker y se disponen a suicidarse bebiendo ácido prúsico, antes de ser capturados y entregados al enemigo.
No obstante, el estado de miedo y crispación que ambos sienten hará que alarguen el momento final con una serie de situaciones tan desternillantes como absurdas, que incluyen una botella de Jägermeister, una boa de plumas y un collar de bondage BDSM y con los que descubriremos el lado más íntimo de ambos personajes.