Fotos: Miguel Ángel Gallego
Teatro y Flamenco se unen sin barrera escénica para adentrarse en el laberinto de ideas, emociones, conceptos, cuestiones y reflexiones… que habitan en La Casa de Bernarda Alba y que, de algún modo, siguen siendo temas actuales.
Mujeres de luto encerradas bajo el mando y la tiranía de Bernarda Alba, una mujer viuda de su segundo marido, que no contempla la importancia emocional ni sentimental de sus hijas. Mónica Tello se inspira en la imaginación del poeta sin querer usar su nombre en vano. Según la propia artista, La Casa de Bernarda Alba no sólo encierra a las hijas, también están bajo llave los sentimientos, pensamientos, reflexiones y preocupaciones más íntimos del propio Federico.
Tello ha querido hacer más plásticas estas cuestiones a través del flamenco y por supuesto de la voz de los personajes, con la intención de profundizar en todo ello y poder percibirlo sin ponerlo en tela de juicio. Una visión arraigada, enérgica y temperamental; una reflexión buscada y pactada por la artista con las palabras de Federico García Lorca.
Cada mujer es un palo del flamenco que encarna los sentimientos y pensamientos más íntimos de cada una.