Tras una ruptura sentimental que lo deja sumido en una profunda crisis artística y personal, el protagonista de este monólogo musical decide usar los billetes de un viaje a Londres que había reservado con su expareja para ir a visitar a un amigo que vive allí. Para sacarle de la depresión en la que se encuentra, el amigo anima al protagonista a que emprenda «un viaje en el que no tenga que mirarse cada mañana en el mismo espejo». Sin dudarlo, el destino elegido es la Ruta 61 de los EEUU, donde seguirá los pasos de Robert Johnson, un guitarrista que, según cuenta la leyenda, vendió su alma al diablo para convertirse en el mejor guitarrista de todos los tiempos.
La ruta 61 es conocida como la autopista del blues, ya que se encuentra repleta de historias que aúnan varios estilos musicales, como el blues, el jazz, el country o el rock. Recorriendo ciudades como Nueva York, Nashville o Memphis, nuestro protagonista irá viviendo distintas anécdotas que le irán haciendo reconectar consigo mismo y con su amor por la música y por sus intérpretes. Además, en su viaje se encontrará con detalles que nos harán comprender mejor cómo la música moderna dio sus primeros pasos para evolucionar y llegar a ser lo que conocemos ahora. Todo incluido en un viaje lleno de vivencias en el que se nos habla, al mismo tiempo, de raíces, ideales y libertad.