Marguerite Durás. Una mujer que se escribió a sí misma. En ella la vida, el amor y la escritura resultan ser elementos integrales de una única historia. Durás nace y crece envuelta en violencia, amor y muerte. En su obra, producto de esta experiencia, resulta casi imposible situar el límite entre realidad y ficción. Decía de si misma que en su largo recorrido sólo había sido fiel al alcohol y a la escritura.
Durás se proyecta como la autora del deseo, la narradora del eros. Su teatro, su narrativa y su cine están preñados de una emoción contradictoria. Laten con el pulso de su propia vida. Su estilo fue volviéndose cada vez más abstracto, íntimo y abiertamente feminista. Los silencios, la violencia repentina e inexplicable, la mordida de la pasión, el naufragio en el amor, conforman el núcleo de su creación. Una artista frenética, compulsiva, libre, inclasificable, que ha trascendido convertida en icono popular.
Su firme desprecio por la opinión pública le permitiría expresarse sin filtros. Ganadora del Gran Premio de Teatro de la Academia Francesa, fue directora de sus propios textos teatrales como La Música. Con El amante (1984) obtuvo el Premio Goncourt, y alcanzó un éxito mundial, con más de tres millones de ejemplares vendidos y traducida a cuarenta idiomas. Escribió el guión de Hiroshima, mon amour, película dirigida por Alain Resnais, Durás fué nominada al Oscar como mejor guión original en 1961. Su obra literaria cuenta con unas cuarenta novelas y una docena de piezas de teatro. Escribe La Música en 1965. Durás muere el 3 de marzo de 1996 en París, un mes antes de cumplir 82 años. Las letras francesas lloraron el adiós de una de sus figuras más controvertidas del siglo XX.